“Mi cuerpo es mío no del Estado ni del Vaticano” fue una
de las frases
que se repetía y se dramatizaba en el transcurso de la marcha.
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Uno de los objetivos es reapropiarse de la palabra
“puta” para
dejar de estigmatizar y dividir a las mujeres en decentes y putas.
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La vestimenta y las frases escritas en los cuerpos
fueron las formas
de expresión más usadas por los y las participantes de la
marcha.
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